domingo, 6 de diciembre de 2009

Perdón por el "abandono"

Queridos fans, siento haberos tenido olvidados y no haber continuado mi maravillosa história con la asiduidad con la que lo venía haciendo, pero he vuelto a escribir comics y eso me ha robado mucho tiempo libre que suelo usar para éste blog. Ahora que uno de esos proyectos ya está en el mercado, "Crepúsculon", y el otro (del que aún no puedo hablar) está en imprenta, vuelvo a tener algo de tiempo para continuar mis histórias. Espero poder volver a poner al menos un capítulo por semana, pero en compensación por todo el tiempo que habéis esperado, esta semana publicaré 3.

¡¡¡Gracias por leerme!!!

PD1: Para el que no sepa que es "Crepúsculon":

CCALQPHSVM 2x04




Cómo conocí a la que podría haber sido vuestra madre

Capítulo 9: Dolores... de cabeza. (1a parte): ¿Pero que estoy haciendo?


(Año 2030): Hijos, sabéis que siempre os repito dos frases respecto a las relaciones: Nunca le pongáis los cuernos a vuestra pareja y jamás os metáis en medio de una relación por muy enamorados que estéis de una de las partes. La primera es obvia, y aunque parto de la base de que la mayoría de la gente no pone los cuernos no porque quiera a su pareja si no porque sigue el tópico de “no hago a los demás lo que no me gustaría que me hicieran a mi”, el hecho es que es algo muy feo, que demuestra que no queréis suficiente a esa persona y es mejor que sigáis caminos distintos. La segunda es un poco más... complicada. Mi experiencia en la vida me ha demostrado que si te metes en medio de una pareja, por muy mal que esté o muy a punto de hacerse añicos que se encuentre su relación, pueden pasar dos cosas, y sólo dos. La primera es que la persona a la que intentas conseguir acabe decantándose por la otra, por lo cual habrás hecho el ridículo de forma espantosa y te sentirás traicionado ya que al parecer, no estaban tan cerca de romper como la parte que te interesaba te había hecho creer. La segunda opción es que consigas a esa persona que según tú tanto te merecías, pero te pasarás el resto de tu vida pensando que tu pareja se deja influenciar mucho por su entorno y que eso mismo que hiciste tú, te lo pueden hacer a ti. Así que dicho esto, hacedme caso, jamás en vuestra vida hagáis ninguna de las dos. ¿Y porqué os explico esto ahora? Porque estas dos verdades las aprendí durante el transcurso de esta historia....


Hijos, tal y como os comenté, Yo estaba locamente enamorado de SP pero había decidido que en esa época me necesitaba mas como amigo que como otra cosa, así que opté por pasar página, al menos temporalmente.


Como os he contado anteriormente, por esa época yo era monitor de un grupo de chicos y chicas de 15-16 años y había una de ellas, que no me preguntéis muy bien porque, intentaba pasar mucho tiempo conmigo. Al principio lo atribuí al hecho de que era bastante madura para su edad y se aburría en su grupo pero bueno, parece que como siempre, era un desastre pillando indirectas. 


Ya os hablé de ella anteriormente, era esa chica de verde que estaba en la foto del “piliganará” a la que a partir de ahora podríamos llamar... mmm... Dolores. 


Hijos, el fin de semana que quedó entre las Navidades y el fin de año del 96, unos cuantos monitores y chicos del grupo 3 y 4 nos fuimos de excursión a lo que hoy en día se llama turismo rural y en esa época lo llamábamos una casa en mitad de la nada, perdida en la montaña. Por la noche nos pusimos todos a ver una peli y no se como ocurrió pero cuando llevábamos una hora de peli el salón se había vaciado, en uno de los sofás estaba Álex liándose con Teresa (o intentándolo, no le recuerdo muy bien) y Dolores estaba a mis pies, una caricia, un beso en la mejilla, ... y una cosa llevo a la otra y....


A la mañana siguiente me levanté sin saber muy bien en que situación me había dejado la noche anterior y dos ideas rondaban por mi cabeza. La primera nos la hemos hecho todos alguna vez: ¿Que hago cuando la vea? ¿le doy dos besos? ¿un pico? ¿lo de anoche sólo fue anoche o va a ir a más?... y me salvó el hecho de que cuando me crucé con ella por primera vez estaba delante el monitor jefe (que por cierto, ¿donde estaba anoche?). La otra idea era la de: ¡que coño haces liándote con ella! ¡eres su monitor!



(A la mañana siguiente, Dolores con mi anorak lila.)


La verdad, es que justo la tarde anterior me había dicho que hacía poco que había roto con su novio, y que iba a intentar salir con un tal Ruben de su clase (quedaos con el nombre que lo vais a oír unas cuantas veces) así que quizá yo solo había sido el morbo de una noche loca con un monitor... ¡UFFF! Demasiadas preguntas sin respuesta. 


Esas preguntas se fueron amontonando en mi cabeza durante los días siguientes, así que acabé haciendo una de esas tonterías que a día de hoy sigo sin entender. El día 31, pocas horas antes de irme a Barcelona donde iba a pasar el fin de año con mi familia, le pedí para salir, para empezar el año siendo “pareja oficial”. Lo que yo no sabía entonces es que iba a arrepentirme de esa decisión durante 1 año y dos meses... 


Esa misma noche, siendo yo muy feliz por tener “novia” y después de tomar las uvas en familia me dirigí hacia la trobada de Fin de Año del “Sábanas con Chinchetas”. Lo que yo no podía imaginarme es que sólo de entrar la vería a ella... si, la que me había quitado el sueño el último año, esa relación que no se acabó: Isthar. 


Estuvimos toda la noche en un rincón, charlando, liándonos, ... hasta que sobre las 5:30 me dijo que era mejor que volviera con su pareja. ¿¿Como?? Pues si, al parecer había venido con su pareja pero cuando me vio le dijo que se fuera a dar una vuelta porque prefería estar conmigo y que luego ya volvería con él... con el tiempo descubrí que esa frase no era del todo cierta. Tal y como os conté en su momento, muchas de las cosas que yo daba por ciertas en mi relación con Isthar, no eran tan ciertas. 


Pero ya llegaremos a eso, ahora volvamos con nuestra historia. Evidentemente yo me sentía fatal por haberle puesto los cuernos a mi novia 6 horas después de pedirle para salir, pero supongo que me autoconvencí de que era Isthar, que me había tenido que ir de Barcelona un año antes casi sin despedirme, y que nuestra relación necesitaba un final que había sido ese, y que ahora estaba preparado para poder empezar mi nueva relación con Dolores. 


De todos modos, no soy así, no me gustaba el hecho de haberle puesto los cuernos a mi novia y me sentía mal por ello. Y me sentí mal, durante 1 año, 2 meses y 28 días... hasta que descubrí la verdad porque como ha ocurrido en gran parte de mi vida, las cosas no eran lo que parecían. 


(Continuará...)